El reto del año pasado consistía en los problemas que van surgiendo a medida que envejecemos, el proyecto fue intenso y lento, debido a los numerosos cambios que sufría cada dos por tres pero, finalmente, lo conseguimos.
El primer paso fue hacer unas encuestas a nuestros abuelos, así descubrimos los problemas con los que se encuentra en el día a día una
persona mayor. Las encuestas revelaron que un 85,1% se
medicaba; por ello, se nos ocurrió utilizar los pastilleros que ya existen y añadirles nuestra idea: incluir una alarma que avise al senior cuando tomarse una pastilla. También decidimos hacerlo más sencillo, económico, y que pudiese ser utilizado por todo tipo de abuelos (ciegos, sordos…).
Maqueta de nuestro diseño |
Tras todo el proceso de investigación, además de consultarlo con profesionales y construir nuestra maqueta, también se lo presentamos a nuestros abuelos. Con sus respuestas, nos dimos cuenta que podrían llegar a utilizarlo y vimos en qué aspectos teníamos que mejorar.
Creemos
que la idea de este pastillero es buena porque es sencillo, fácil de utilizar y
todos los ancianos pueden llegar a usarlo, aunque tengan algún tipo de
discapacidad auditiva o visual.
Naiara