Terminado el último examen de Selectividad el viernes por la
mañana, había una cosa que no se me iba a olvidar: “A las 15:30 hay
entrenamiento”. Así pues, descansé hasta la hora de comer y para cuando me
quise dar cuenta: “¡Si son las 15:30!” Terminé el postre, cogí el casco y me
fui en bici hasta el colegio. En la calle hacía bastante sol, hay que decirlo.
Cuando llegué acalorado al sótano, los que estaban en la
sala de ordenadores me dieron la bienvenida de nuevo al equipo y los que
estaban con el robot también vinieron desde el laboratorio. Ese recibimiento me
recodó el gusto que da estar un viernes a la tarde allí.
Después de pasárseme los calores, me puse al día en todas las nuevas ideas que han surgido. Que si chapas por aquí… que si traducciones por allá… unas pizarras nuevas… Espera, ¿pizarras? ¿Cómo? Había mucho que contar. Pero no solo eso, también había mucho que trabajar. Entre otras noticias, me dijeron que había que preparar y ensayar los proyectos para presentarlos en el Palacio Condestable el domingo (era el HackSanFermín). Madre mía, cuantas cosas; y como no, el tiempo siempre nos falta y las ganas de reírnos nos sobran. ¡Concentración!
Hasta la hora de merendar todo el mundo siguió con sus tareas
e hicimos dos ensayos del proyecto científico. Después, mientras merendamos
jugamos al acertijo de “¿Cuantas vacas hay en mi jardín?” y el del “Sombrero
mágico”. Cuando terminamos nos pusimos de nuevo a trabajar para terminar lo del
domingo.
Nos costó lo suyo pero lo conseguimos y el domingo por la mañana
presentamos el proyecto y el programa del EV3 en el Palacio de Condestable
delante de informáticos y programadores. También estuvieron allí el equipo
Mechatronic Ants (que también habían sido invitados) y contaron su experiencia
de su viaje a la World Cup. El evento
terminó a las 14:00 y nosotros a todo correr nos fuimos a comer. ¡Ah! Que se me
había olvidado, había más noticias nuevas, este domingo abríamos el Family Park
para recaudar lo poco que nos queda para ir a Sídney. Así que después de comer
nos fuimos al Family Park. Vendimos libretas, chapas, bolis-puntero y jugamos a
ser DJ’s.
Entre risa y risa se hicieron las siete y media, hora de
cerrar y de recoger. Cuando estaba casi todo recogido, nos reunimos en el bar el
equipo con los padres que nos habían ayudado para organizar todo esto. Allí
estaba puesto el partido de Osasuna-Sabadell. Se notaba la tensión porque
Osasuna había empezado perdiendo la primera parte 2-0 pero en los últimos
minutos puso el 2-2 en el marcador. Por un momento creí que se acaba el mundo.
Todo estaba ocurriendo ese fin de semana.
Al final todo terminó saliendo bien. Osasuna se queda en
segunda y Sídney cada vez está más cerca. Todas son buenas noticias. Hay que
seguir trabajando y llegaremos a la isla con mucho que demostrar. ¡Qué días nos
esperan!
¡Juntos +!
Rubén Pena